Cada año, entre finales de Febrero y principios de Marzo se celebran las Jornadas Gastronómicas del Tostón de Arévalo, una oportunidad única para acercarse a este rico manjar.
Cuando alguien nos habla de la zona de la Moraña en Ávila, y sobre todo cuando oímos el nombre de Arévalo, es imposible no viajar con nuestra mente hacia ese exquisito manjar cocinado en hornos de leña conocido como tostón de Arévalo.
El tostón o cochinillo elaborado en Arévalo tiene justa fama de ser uno de los platos bandera de la gastronomía abulense. Elaborado de la forma más tradicional, con ingredientes naturales y asado lentamente en los numerosos hornos de leña que existen en la zona, es uno de esos manjares que no se debe dejar de probar.
El día 4 de Marzo de 2017 se dará el pistoletazo de salida para la VII edición de las Jornadas Gastronómicas del Tostón de Arévalo, estas jornadas se extenderán hasta el día 12 de Marzo. Durante estos días, los restaurantes colaboradores de estas jornadas han elaborado un menú especial degustación cuyo protagonista ha de ser, necesariamente el tostón de Arévalo.
El tostón que se puede comer en Arévalo puede presumir de ser uno de esos placeres culinarios que no tiene competencia, todo un homenaje a la cocina tradicional del Ávila Moragueña.
El Tostón de Arévalo goza de identidad propia. Elaborado con la mejor materia prima, un cochinillo de raza blanca, criado exclusivamente con la leche materna, y sacrificado en el momento justo para ofrecer al comensal una tierna y deliciosa carne.
Conscientes de ello, la asociación de hostelería de Arévalo, Asadhos, celebra desde hace siete años estas jornadas para difundir este pequeño mundo gastronómico de la zona de la Moraña. Este año, además de poder probar el exquisito cochinillo, el menú degustación de estos restaurantes incluye un primer plato elaborado con las legumbres de La Moraña.
Estos restaurantes ofrecen al comensal un cochinillo asado elaborado de la forma tradicional, con el preparado del cochinillo antes de asarlo.
Una vez preparado, se pone el cochinillo en una cazuela de barro con un poco de agua, se sazona y se coloca en el horno de leña previamente precalentado a unos 180 grados.
El cochinillo pasa aproximadamente una hora en el horno, momento en el que se revisa su punto de dorado y si es necesario se le echa un poco más de agua.
Después de al menos otra hora y media asando el cochinillo lentamente, una vez comprobado que la piel está dorada y deliciosamente crujiente, el cochinillo se puede considerar asado.
El cochinillo se sirve en la propia fuente de barro en la que se ha asado, sin necesidad de más condimentos, eso sí, bien acompañado de alguno de los buenos tintos de Ávila, preferiblemente los vinos de uva garnacha de nuestra provincia.
