En una olla pequeña mezclamos el azúcar moreno y la leche (reservamos 2 cucharaditas de leche para el toque final).
Ponemos la olla a fuego lento removiendo continuamente hasta que el azúcar se disuelva completamente. Una vez disuelta el azúcar, retiramos del fuego.
A CONTINUACIÓN…
En un recipiente grande y hondo batimos la harina, la canela, la nuez moscada y el clavo.
En otro recipiente mezclamos bien los huevos, la miel, el aceite y el azúcar moreno.
Sobre la mezcla de los huevos vertimos la harina, removemos el conjunto un poco, lo justo para humedecer la harina.
Ponemos el conjunto en un molde para pan válido para hornear y metemos en el horno durante una hora aproximadamente.
Para hacer el glaseado, mezclamos el azúcar glass y las dos cucharaditas de leche que reservamos al principio hasta que quede una mezcla suave.
Después de sacar el molde el horno, esperamos unos 20 minutos para que se temple y rociamos por encima el glaseado.
Si queremos que tenga a la vez una textura crujiente y suave, podemos congelar el pan resultante y luego sacarlo para su consumo esperando a que coja temperatura ambiente.