Primero prepararemos la morcilla. Para ello la quitamos la piel y la picaremos en trozos muy pequeños, como si quisiéramos hacer carne picada con ella.
Ponemos la morcilla picada sobre una sartén a fuego medio removiendo continuamente.
A los dos o tres minutos, añadimos al pimentón dulce, sin dejar de remover. Ponemos el fuego al mínimo.
A CONTINUACIÓN…
Separamos las yemas de los huevos de la clara.
Sacamos la morcilla de la sartén, en pequeñas porciones que daremos forma de cubo con un pequeño cráter en el centro. Podemos utilizar un molde redondo para ayudarnos a darle forma.
Dada la forma a cada ración de morcilla, la untamos un poco con la clara de huevo separada, le dará consistencia y un aspecto un poco brillante.
Sobre el pequeño cráter que hemos creado al darle forma, ponemos la yema de huevo cruda y echamos un poco de sal por encima, esta se cocinará ligeramente sobre la morcilla.
¡Listo! Servimos la morcilla con un exquisito vino blanco Fácil de Bodegas Ausín y tendremos el éxito asegurado.