Empresa de origen y tradición familiar, comenzó su actividad hace más de 100 años, en un pueblecito de la provincia de Ávila, situado en la falda norte de Sierra de Gredos a orillas al río Tormes.
En sus comienzos por el año 1905, no solamente fabricaban chocolate, también otros dulces como almendras garrapiñadas o caramelos. Muy pronto Laureano, su fundador, dedicó su actividad principal al chocolate y al café.
En aquellos años era muy difícil conseguir materias primas, sobre todo el cacao y el café e incluso el azúcar, ya que eran productos controlados y regulados por el Gobierno en precios y cantidades, adjudicando a cada fábrica una determinada cantidad de kilogramos al año, en función del tamaño de la empresa. A parte de esto había qué a ir a buscarlos a Ávila, que era la capital de provincia y donde llegaba el ferrocarril con la mercancía. Hasta allí hay más de 80 Km de distancia, con un carro tirado por vacas podemos adivinar lo costoso del viaje.
Con gran empeño y esfuerzo, Laureano consiguió construir una pequeña fábrica, con capacidad para poder fabricar una cantidad mayor de chocolate. Mediante un complejo sistema de poleas y un motor de gasolina, podía mover varias de las primeras máquinas.
Primero se comercializó bajo su propio nombre, CHOCOLATES LAUREANO GARCÍA, en el año 1955 se patentó la marca “EL CANARIO”, marca que aún seguimos fabricando y comercializando. En el año 2006, se patentó la marca “EL BARCO DELICE”, actualmente nuestra marca más importante.
En el año 1988, por razones de crecimiento y mejora de sus infraestructuras, la fábrica se trasladó a El Barco de Ávila, ubicación actual de la empresa.
Con unas instalaciones adecuadas a las exigencias y a las normativas actuales en materia alimentaria, seguimos fabricando chocolates de la máxima calidad en múltiples versiones, así como cafés de los mejores orígenes, manteniendo unos principios esenciales en la forma de elaboración.
DEL CACAO AL CHOCOLATE… Un origen legendario.
En las culturas maya y azteca se daba un gran valor a las semillas del cacao, que se utilizaba como moneda y gracias a sus cualidades nutritivas como alimento.
Los españoles no conocieron el cacao hasta que Hernán Cortes probó en 1519 el “xocolatl”, bebida de cacao que le ofrecieron los aztecas en un vaso de oro con todos los honores. Los aztecas consideraban el cacao como un don divino y un “alimento de los dioses”, y reservaban su consumo a personas de alta posición social.
Era una bebida muy amarga a base de cacao, harina de maíz y pimienta, pero que llamó poderosamente la atención de los españoles, las cualidades tonificantes de la bebida, que les daba fuerzas y energía para mantener una marcha durante todo el día sin necesidad de más alimento.
El cacao se introdujo en España a través de algunos monjes que viajaban en las expediciones de Cortés. Se cree que fueron estos monjes de la orden de los Cisterciense, los que añadieron azúcar al cacao. Vieron como aquella bebida amarga se convirtió en una bebida exquisita. En nuestro país alcanzó una gran popularidad y se constituyó como bebida oficial de los reyes y de la corte española.
A inicios del siglo XVII, las infantas españolas fueron introduciendo la costumbre en la corte de Francia, y a partir de aquí se extendió su consumo por toda Europa.
A finales del siglo XVIII se empieza a preparar con leche. Es solamente a partir del siglo XIX cuando se inicia la fabricación del chocolate en forma de tabletas, tal y como lo conocemos hoy.
El chocolate a lo largo de su historia, ha sido motivo de infinitas controversias, unas veces fue bueno casi milagroso, otras no tan bueno y otras vuelve a ser bueno. Día a día asistimos a continuas exaltaciones de alimentos que antes no eran bien considerados y a intentos de defenestraciones de costumbres de toda una vida. Se califica muchas veces al chocolate como golosina o capricho. Nada más inexacto. El chocolate es un alimento rico en nutrientes, muy energético y con una gran aportación de elementos minerales.
La cultura exige saber cosas sobre los alimentos que comemos y más cuando un alimento nos gusta tanto.
Detrás de un alimento como el chocolate hay mucha leyenda, mucha historia, influencias en las costumbres y modos de vida, avances técnicos y científicos y es necesario conocerlos. Como también, que hay muchos hombres y familias que han intervenido en su proceso, a mejorarlo y que han dedicado sus vidas a este alimento.
No debería tomarse el chocolate de cualquier manera, con indiferencia o distraídamente. Al tomar chocolate hay que tomar también toda la carga cultural, humana, afectiva y gastronómica que lleva consigo.
La pasión por el chocolate es grande y no hay motivos para ocultarla. No es un vicio, ni un defecto, sino una prueba de exquisitez y buen gusto.
Theobroma cacao es el nombre científico que recibe el árbol del cacao. Significa en griego «alimento de los dioses». El cacao es el producto que resulta de la fermentación y el secado de esas semillas del fruto del árbol del cacao. Es el componente básico del chocolate.
Existen tres variedades principales de cacao:
El cacao tiene una corteza rugosa, está rellena de una pulpa rosada viscosa, dulce y comestible, que encierra de 30 a 50 granos largos (blancos y carnosos) acomodados en filas en el enrejado que forma esa pulpa. Los granos o habas del cacao tienen la forma de las almendras. Su sabor en bruto es muy amargo.
Los mayas crearon un brebaje amargo el Chocolha hecho de semillas de cacao que consumían exclusivamente los reyes y los nobles y también usado para dar solemnidad a determinados rituales sagrados. Lo usaban con fines terapéuticos. Los médicos mayas prescribían el consumo de cacao tanto como estimulante como por sus efectos calmantes. Los guerreros lo consumían como una bebida reconstituyente, y la manteca de cacao era usada como ungüento para curar heridas. Era también usado como moneda…
No obstante, la bebida de cacao que Cortés había tomado en copas de oro durante los banquetes organizados en su honor por Moctezuma, era muy diferente a lo que hoy estamos acostumbrados. El xocolatl, que así era como se llamaba, era un agua amarga. Los aztecas mezclaban pimienta con las semillas del cacao tostadas y molidas, y añadían harina de maíz.
En cuanto a los aztecas, sabían que una taza de xocolatl eliminaba el cansancio y estimulaba las capacidades psíquicas y mentales. Para los aztecas el xocolatl era una fuente de sabiduría espiritual, energía corporal y potencia sexual. Era muy apreciado como producto afrodisíaco y era una de las bebidas favoritas en las ceremonias nupciales. Era una bebida reservada a la elite y se denominaba también oro líquido, pues los granos de cacao se usaban como moneda. Su consumo según los científicos se remonta a 1.000 a.C.
Tras el tratamiento al que se somete a las habas de cacao en las zonas de recolección, estas se envían a las distintas fábricas chocolateras. Lo primero que se realiza es el tostado de las habas del cacao; el objetivo es aumentar el aroma y favorecer el desprendimiento de la piel de las semillas. Un proceso importantísimo para la calidad final del producto. Las habas se tuestan durante unos pocos minutos entre 110 y 120 °C., eliminándose la humedad y la acidez, al tiempo que se favorece el desarrollo de los aromas. Cada tipo de grano que formará parte de una determinada mezcla de chocolate se tuesta por separado.
A continuación, se muelen las habas del cacao. Las habas trituradas en molinos, se someten a un batido a una temperatura constante de 60-70º. Por efecto de la trituración, el tejido celular de las habas, que contiene de un 50 a un 60% de manteca de cacao, permite la liberación en parte de esta grasa, generado por el frotamiento. El resultado es una pasta fluida pero densa, la pasta de cacao. El sabor final del chocolate depende de la calidad del cacao y del cuidado proceso de tueste y molido.
La elaboración del chocolate pasa por su última fase con la cuidadosa mezcla de la pasta y la manteca de cacao con azúcar, refinando la composición resultante.
Los distintos tipos de chocolate se elaboran modificando las proporciones entre sus componentes y añadiendo otros productos a la composición básica de pasta, manteca y azúcar. Su presentación puede ser en forma de tableta o en polvo.
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